Otro de Anáfora

      Un nuevo número de Anáfora, en el que ofrezco un poema relacionado con la prohibición blanchotiana de la lectura, un asunto muy estimulante, muy peliagudo, muy roqueta. Ni tú ni yo sabremos nunca lo que se ha escrito, aun cuando haya sido escrito para saberlo. Se trata no de sobrevivir como texto para ser leído, sino como ausencia nuestra en el texto. La compañía, de lujo. No os lo perdáis.





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